Toca una de excursioncillas francesas, Albi.
Albi está al noreste de Toulouse, a unos 80km, lo que en términos de carreteras francesas es muy poco tiempo, siempre y cuando la niebla del microclima de esta ciudad te deje ver a dos palmos.
Se supone que el principal atractivo turístico de Albi es que fue la localidad donde nació Toulouse-Lautrec. Tiene un buen museo dedicado a este pintor.
Sin embargo, pintores aparte, a Wayichi y a mí nos pareció una ciudad encantadora. Tiene un caudaloso río francés de buena familia y una catedral que impone. A mí me dió por preguntarme quien fue el salvaje a quien se le ocurrió hacer semejante mole. Es de ladrillo, pero tiene una altura demencial.
El pueblo está muy bien conservado, las calles tienen ese ambiente medieval tan característico de la zona y tiene sus jardincillos ocultos y sus miradores. Muy coqueto todo.
En fin, un sitio genial donde pasar una tarde, a no ser que quieras ver el museo también, en cuyo caso necesitarás un día.
Consejo: no pases por allí sin zamparte una buena tarta tatin porque, como en toda francia, tienen una repostería para caerte de culo.
Albi está al noreste de Toulouse, a unos 80km, lo que en términos de carreteras francesas es muy poco tiempo, siempre y cuando la niebla del microclima de esta ciudad te deje ver a dos palmos.
Se supone que el principal atractivo turístico de Albi es que fue la localidad donde nació Toulouse-Lautrec. Tiene un buen museo dedicado a este pintor.
Sin embargo, pintores aparte, a Wayichi y a mí nos pareció una ciudad encantadora. Tiene un caudaloso río francés de buena familia y una catedral que impone. A mí me dió por preguntarme quien fue el salvaje a quien se le ocurrió hacer semejante mole. Es de ladrillo, pero tiene una altura demencial.
El pueblo está muy bien conservado, las calles tienen ese ambiente medieval tan característico de la zona y tiene sus jardincillos ocultos y sus miradores. Muy coqueto todo.
En fin, un sitio genial donde pasar una tarde, a no ser que quieras ver el museo también, en cuyo caso necesitarás un día.
Consejo: no pases por allí sin zamparte una buena tarta tatin porque, como en toda francia, tienen una repostería para caerte de culo.
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