Lo prometido es deuda, así que hay va el relato de una de nuestras excursioncillas gallegas del verano de 2006, Muxía.
Muxía es un pueblo de la costa noroeste de galicia, a tiro de piedra de Lires, donde teníamos la base de operaciones.
El pueblo es fatidicamente conocido por haber sufrido en sus carnes la tragedia del Prestige aunque, actualmente, y a simple vista, parece plenamente recuperado.
No diría que es un pueblo especialmente bonito en su conjunto, pero tiene un paseo marítimo muy largo y con unas vistas impresionantes que rodea todo el pueblo a lo largo de la costa y culmina con una iglesia y un monumento (un monolito quebrado) de recuerdo a la tragedia del petrolero.
Aparte del paseo marítimo tienen, también a destacar, unas centollas para chuparse los dedos a un precio muy razonable, teniendo en cuenta el precio habitual de estos bichos.
Como en casi todos los pueblos gallegos en los que estuvimos las puestas de sol son para no perdérselas.
El pueblo es fatidicamente conocido por haber sufrido en sus carnes la tragedia del Prestige aunque, actualmente, y a simple vista, parece plenamente recuperado.
No diría que es un pueblo especialmente bonito en su conjunto, pero tiene un paseo marítimo muy largo y con unas vistas impresionantes que rodea todo el pueblo a lo largo de la costa y culmina con una iglesia y un monumento (un monolito quebrado) de recuerdo a la tragedia del petrolero.
Aparte del paseo marítimo tienen, también a destacar, unas centollas para chuparse los dedos a un precio muy razonable, teniendo en cuenta el precio habitual de estos bichos.
Como en casi todos los pueblos gallegos en los que estuvimos las puestas de sol son para no perdérselas.
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